jueves, 9 de mayo de 2013

OLENKA PINEDO RODRIGUEZ



EL GÉNERO



       

 

 

     PERSPECTIVA DE GÉNERO

 

El análisis de género es la síntesis entre la teoría de género y la llamada perspectiva de género derivada de la concepción feminista del mundo y de la vida.

Esta perspectiva reconoce la diversidad de géneros y la existencia de las mujeres y los hombres, como un principio esencial en la construcción de una humanidad diversa y democrática. Sin embargo, plantea que la dominación de género produce la opresión de género y ambas obstaculizan esa posibilidad. Una humanidad diversa democrática requiere que mujeres y hombres seamos diferentes de quienes hemos sido, para ser reconocidos en la diversidad y vivir en la democracia genérica.

Desde un análisis antropológico de la cultura es importante reconocer que todas las culturas elaboran cosmovisiones sobre los géneros y, en ese sentido, cada sociedad, cada pueblo, cada grupo y todas las personas, tienen una particular concepción de género, basada en la de su propia cultura. Cada quien aprende a identificarse con la cosmovisión de género de su mundo y hasta hay quienes creen que la suya es universal.

Es importante identificar las diversas cosmovisiones de género que coexisten en cada Sociedad. Es posible que una persona a lo largo de su vida modifique su cosmovisión de género simplemente al vivir.

La perspectiva de género permite analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. La visión de género feminista permite establecer correlaciones entre las posibilidades de vida de mujeres y hombres y los tipos de sociedad. Es decir, la perspectiva de género feminista no se limita a universos occidentales y urbanos.

El análisis de género feminista es detractor del orden patriarcal, contiene de manera explícita una crítica a los aspectos nocivos, destructivos, opresivos y enajenantes que se producen por la organización social basada en la desigualdad, la injusticia y la jerarquización política de las personas basada en el género.

La reunión de las mujeres para pensar el mundo, entenderlo, criticarlo e incidir en su transformación lleva ya dos siglos. Las mujeres han compartido sus descubrimientos, comparado y sistematizado su experiencia y poco a poco han tejido consensos a las alternativas.

La expansión de género feminista es uno de los hechos más alentadores de la globalización.

Hoy, la perspectiva de género es uno de los procesos socioculturales más valiosos por su capacidad de movilizar y por sus frutos.

Por primera vez, en medio de incomprensión y hostilidad, incluso de acciones anti-perspectiva de género recrudecidas, las políticas públicas, los procesos participativos impulsados por las mujeres tienen a las mujeres como protagonistas, destinatarias y beneficiarias.

La perspectiva de género expresa las aspiraciones de las mujeres y sus acciones para salir de la enajenación para actuar cada una como un ser-para-sí y, al hacerlo, enfrentar la opresión, mejorar sus condiciones de vida, ocuparse de sí misma y convertirse por esa vía en protagonista de su vida.

No ha sido sencillo lograr la aceptación de la perspectiva de género, ya que hacerlo conduce a desmontar críticamente la estructura de la concepción del mundo y de la propia subjetividad.

Los temas que abarca el género no son extremos ni indiferentes. El género no provoca indiferencia: irrita, desconcierta o produce afirmación, seguridad, y abre caminos. La perspectiva de género exige además nuevos conocimientos. Irrita a quienes no quieren aprender. Exige pensar de otra manera y desarrollar comportamientos distintos y un nuevo sentido de la vida.

Esta perspectiva exige de mujeres y hombres, si somos mujeres y hombres en transición, democráticos y alternativos, encontramos en esta perspectiva los argumentos y los conocimientos para convalidar discrepancias y alternativas, y además para aprender.

 


 

     ¿Género igual a mujer?

 

Entre quienes trabajan y participan de manera pragmática con las mujeres se ha extendido la creencia de que el género es concepto relativo a la mujer.

La perspectiva de género es percibida como una técnica más. Con esa percepción y por obligación institucional mujeres y hombres conocen la perspectiva de manera superficial y disminuida.

En los últimos tiempos ha cobrado importancia la llamada capacitación en género en las oficinas, las organizaciones civiles, los partidos políticos. La capacitación es verdaderamente pobre porque sólo se dan elementos de manejo superficial.

La perspectiva de género ha sido víctima de la burocratización por parte de quienes impulsan acciones que inciden en la reorganización social, la reconversión económica y política y la aculturación de las mujeres. Sus escasos conocimientos y sus visiones impiden una comprensión cabal de la profundidad de los planteamientos.

El trabajo bajo la perspectiva de género llega a ser experimentado como una concesión a las mujeres. El supuesto es que las mujeres no deben ser parte de los esfuerzos institucionales económicos y políticos, que el desarrollo y la democracia son asuntos masculinos.

 

Encontramos a quienes no se han sumando a los esfuerzos por eliminar la opresión genérica. No han tenido ni la convicción, ni la necesidad vital y no se identifican con la causa de las mujeres. Su trabajo es institucional y reproducen un tratamiento machista hacia las mujeres.

Las múltiples distorsiones de la perspectiva de género provienen también de su uso exclusivo para analizar a las mujeres y desarrollar programas con ellas. Personas, grupos e instituciones que tienen posturas de hostilidad y no se identifican con el feminismo, son capaces de adoptar con cinismo formas convenientes de la perspectiva de género.

El reformismo de género tiene como límites la intocabilidad de los hombres y de los poderes institucionales. Se apoya en una visión tradicional sexista sobre las mujeres, como si sólo desarrollaran su conciencia mediante acciones institucionales de género.

El encuentro de las acciones de género con las mujeres es sólo eso: un encuentro que permite apoyar a las mujeres, pero son ellas mismas quienes hacen los cambios, se arriesgan y actúan para enfrentar condiciones injustas; para mejorar y para construir alternativas. Los motivos de las mujeres no están en la perspectiva de género, sino en su vivencia del género.


A pesar de todos los tropiezos, la perspectiva de género avanza, se difunde, se expande.

 

 

   

     Teoría de género y perspectiva de género

 

El género es una teoría amplia que abarca categorías, hipótesis, interpretaciones y conocimientos relativos al conjunto de fenómenos históricos construidos en torno al sexo.

El mecanismo cultural de asignación del género sucede en el ritual del parto: al nacer la criatura, con la sola mirada de sus genitales, la partera o el partero dice y nombra a la vez: “es niña” o “es niño”. A partir del momento de ser nombrado, el cuerpo recibe una significación sexual que lo define sujeto de su masculinidad o de su feminidad.

El género es una construcción simbólica y contiene el conjunto de atributos asignados a las personas a partir del sexo. Se trata de características biológicas, físicas, económicas, sociales, psicológicas, eróticas, jurídicas, políticas y culturales.

El género implica:

 

·         Las actividades y las creaciones del sujeto

·         La intelectualidad y la afectividad; la subjetividad del sujeto.

·         La identidad del sujeto o autoidentidad en tanto ser de género

·         Los bienes del sujeto: materiales y simbólicos

·         El poder del sujeto

·         El sentido de la vida y los límites del sujeto.

 

La sexualidad, materia del género, es el conjunto de experiencias humanas atribuidas al sexo y definidas por la diferencia sexual. La sexualidad, condensada en el género define:

 

·         Los grupos genéricos.

·         Los sujetos particulares: las mujeres y los hombres.

·         Las relaciones sociales definidas en torno al sexo por edades

·          La cultura

·         La vida de principio a fin de cada persona

 

Las mujeres y los hombres por sus características pertenecen a la categoría social de género, son sujetos de género.

Las organizaciones sociales genéricas, expresan la organización social de la sexualidad y están constituidas por sujetos, relaciones, instituciones y acciones sociales.

El análisis genérico abarca las condiciones de género de los sujetos, condiciones asignadas y desarrolladas en las personas y por ellas mismas a partir de las posibilidades sociales reales y de los estereotipos culturales.

Destacan en las condiciones de género la corporalidad, el psiquismo y la subjetividad.

La perspectiva de género incluye el análisis de las relaciones sociales intergenéricas (entre personas de géneros diferentes) e intragenéricas (entre personas del mismo género).

La teoría de género conlleva el análisis de la eficacia real y simbólica de las capacidades de conservación, innovación y cambio que presentan las diversas dimensiones de mundo.

En su dimensión política, la teoría de género política proporciona recursos para reconocer y analizar la diferente conformación de poderes que corresponden a cada género, la perspectiva de género permite comprender la complejidad social, cultural y política que existe entre mujeres y hombres, ignorada por otros enfoques.

Otras visiones dominantes en nuestra cultura consideran que las diferencias entre mujeres y hombres son naturales no tiene la suficiente importancia como para impactar al desarrollo.

Son enfoques que minimizan no sólo las diferencias de vida y de ser entre mujeres y hombres, además no reconocen las relaciones de desigualdad y la inequidad vital entre ambos géneros como producto del orden social al invisibilizar el origen histórico de la desigualdad entre mujeres y hombres.

Otros enfoques contribuyen a reproducir las condiciones que omiten y coadyuvan a la opresión de las mujeres al no contabilizar su existencia y al no considerarlas como parte de la sociedad, del desarrollo y de la democracia.

La perspectiva de género contiene recursos para demostrar las conexiones entre el atraso en el desarrollo, la miseria y las injusticias, de acuerdo con el orden social dominante.

 


 

     

 

     La perspectiva de género y los mitos fundantes

 

Asumir la perspectiva de género requiere un gran esfuerzo y conduce a una   revolución intelectual interna de tipo personal y a una revolución cultural de las mentalidades.

La teoría de género está construida dialécticamente y el análisis de género se corresponde con esa lógica.

La crisis más aguda en las mentalidades que se produce al utilizar la teoría de género consiste en que en ésta traslada la explicación de lo que sucede a mujeres y a hombres de la naturaleza a la historia y, además, plantea que mujeres y hombres no han sido creados por seres sobrenaturales ni por divinidades, sino que son construidos social y culturalmente.

El mito científico que afirma la condición natural de los seres humanos se apoya en los conocimientos científicos generados en torno a la evolución humana como parte de los procesos de evolución de la vida.

Uno es el de la naturaleza animal de la sexualidad humana y otro es el de la determinación genética de todo lo que la persona pueda ser en el transcurrir de su existencia. A estos mitos se suma el de la determinación instintiva de la conducta y de las formas de comportamiento de las mujeres y de los hombres.

La concepción híbrida religiosa creacionista y científica naturalista es parte también de la identidad de género de cada quien.

El choque con la perspectiva de género se expresa más, al parecer, en la dificultad de comprender las alternativas a la opresión y la disparidad genéricas.

Asimismo cuando los planteamientos de género tocan aspectos del poder, la escucha binaria convierte las propuestas en actos de subversión, como si las mujeres se propusiesen voltear el mundo al revés y construir un mundo de dominio de las mujeres sobre los hombres.

La propuesta de género feminista implica una redistribución de los poderes sociales, la transformación de los mecanismos de creación y reproducción de esos poderes, para deconstruir la opresión y la enajenación de género y crear poderes democráticos.

La perspectiva de género implica una mirada ética del desarrollo y la democracia como contenidos de vida para enfrentar la inequidad, la desigualdad y los oprobios de género prevalecientes.

La perspectiva de género es una de las concreciones de la cultura feminista y, como tal, incluye el conjunto de acciones prácticas que se realizan en todo el mundo para enfrentar la opresión de género.

La perspectiva de género exige de esta forma una voluntad alternativa y la metodología para construirla a través de acciones concretas.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario